domingo, 5 de septiembre de 2010

Aparato Digestivo

                                        Estructura del Aparato Digestivo

1.- Introducción

Los fenómenos mecánicos de impulsión y fragmentación de alimentos, los de naturaleza química y los de absorción de principios nutritivos constituyen el fundamento fisiológico del sistema que tiene como función regular la asimilación y la eliminación de alimentos en los organismos animales.

El aparato digestivo está constituido por el conjunto de órganos y humores que intervienen en el proceso de transformación de nutrimentos,  para adaptarlos de forma que puedan ser asimilados. Más que ningún otro sistema del cuerpo humano, los órganos digestivos nos hacen ser conscientes cuando entran en acción y funcionan bien y cuando están alterados y necesitan atención.
El hambre y la necesidad de vaciar los intestinos son dos de los mensajes que no podemos ignorar por mucho tiempo. Una serie de trastornos corrientes, como gastritis, el síndrome del intestino irritable, el trastorno del intestino inflamatorio y las úlceras pépticas tienen un importante componente psicológico, y su tratamiento puede suponer intervención tanto psicológica como física. No es por ello nada sorprendente que los problemas digestivos sean tan corrientes. La comprensión de estos trastornos ha avanzado mucho durante las dos últimas décadas. Por ejemplo, el reconocimiento de una dieta rica en fibra ha permitido disminuir la importancia del problema del estreñimiento. Otro avance importante es la identificación de la causa bacterial de las úlceras pépticas, lo que ha permitido curarlas con medicamentos. Recientemente se ha transformado por completo la gama de pruebas de diagnóstico de las que disponen los gastroenterólogos. Actualmente, la endoscopia o examen de los órganos internos por medio de tubos de visión, constituye el principal método para inspeccionar zonas como el esófago, el estómago, los intestinos y los conductos biliares. Esta técnica permite reconocer cánceres en una fase inicial.

2. Digestión animal
Los alimentos son imprescindibles para cualquier organismo animal, puesto que proporcionan la energía que requiere el cuerpo y constituyen la fuente de nutrimento a partir de la cual se registran el crecimiento y la regeneración. Una vez ingerido, el alimento se descompone en sustancias químicas simples por el proceso de la digestión y, posteriormente, los compuestos químicos nutritivos pasan por absorción a las células del cuerpo y a los tejidos, en los que habrán de ser aprovechados mediante el mecanismo fisiológico denominado metabolismo.
Los sistemas digestivos de los diferentes animales varían en función de los tipos de alimento, del modo de vida y de otros múltiples factores.  Sin embargo, los aparatos digestivos de los animales tienen en común la finalidad de percibir el alimento desde el ambiente externo y ponerlo en contacto con las superficies membranosas internas, en las que tienen lugar la digestión y la absorción.
Conforme aumenta la escala evolutiva animal, se incrementa la complejidad de la organización estructural del cuerpo y, en consecuencia, la de los órganos que lo integran. En los protozoos, animales unicelulares o de células análogas que no constituyen tejidos, no suele existir una estructura permanente que tenga la función de ingerir el alimento y digerirlo. Así, por ejemplo, la ameba emite prolongaciones denominadas seudópodos, encargadas de englobar y rodear el alimento para a continuación formar una vacuola en la que es digerido, la llamada vacuola digestiva Otros, por el contrario, presentan una estructura permanente llamada surco oral, hacia el que atraen las partículas alimenticias que luego pasan a vacuolas digestivas; tal es el caso del paramecio. En los celenterados (corales, hidras, etc.) se aprecia una boca comunicada con una cavidad digestiva con forma de saco y que tiene las paredes cubiertas de una capa de células digestivas. Por su parte, los gusanos planos presentan a continuación de la apertura bucal un tubo digestivo que se ramifica por todo el cuerpo. No obstante, éste es un sistema digestivo incompleto, ya que el alimento entra por el mismo orificio por el que se expulsan los residuos de la digestión. En los anélidos, gusanos articulados en segmentos, como la lombriz de tierra, el aparato digestivo es completo, ya que el alimento penetra por la boca, pasa por varios órganos en los que se digiere y los residuos se expulsan por el ano, situado en el extremo opuesto a la boca. En otros grupos más evolucionados de invertebrados se desarrollan mandíbulas con dientes y piezas bucales modificadas para la masticación o la succión.
En los vertebrados, el aparato digestivo alcanza su máxima complejidad y está constituido por órganos diferenciados. En todo el gran grupo de los vertebrados se diferencian dos fundamentales glándulas digestivas: el hígado y el páncreas, que son esenciales en la producción de enzimas y jugos necesarios para la digestión.

3. Aparato digestivo humano
En el hombre, el aparato digestivo consta de un conducto a lo largo del cual se disponen diversos órganos y estructuras, que son atravesados por el alimento durante su proceso de transformación, más las partes por las que pasa la porción sólida de los alimentos que es expulsada como desecho. Asimismo lo integran otros órganos que intervienen en los procesos digestivos aportando los jugos necesarios para tal fin. Los constituyentes básicos del aparato digestivo humano son la boca, la faringe, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso. Por su parte, las glándulas que segregan los jugos digestivos son las glándulas salivales, las glándulas gástricas, el páncreas, el hígado y, asociados a este último, la vesícula biliar y los conductos biliares.

Estructura del tubo digestivo.
El tubo digestivo está formado por:

la boca, faringe, esófago, estómago, intestino delgado, intestino grueso, y ano. y la faringe musculosa. El tracto digestivo es un tubo muscular que se extiende desde la boca, a través del estómago y los intestinos, hasta el ano. Su función es descomponer la comida en sustancias que puedan ser absorbidas en la corriente sanguínea para su distribución a las células, y eliminar los productos de desecho. Las glándulas salivales, el páncreas y el sistema biliar conectan con el tubo digestivo y producen sustancias esenciales para una digestión sana. Gracias a los movimientos peristálticos, que son contracciones rítmicas de las fibras musculares lisas del aparato gastrointestinal. Las contracciones son iniciadas por el sistema nervioso parasimpático. Esta actividad muscular puede ser inhibida por el sistema nervioso simpático. Se trata básicamente de una tubería procesadora de unos nueve metros de longitud. Las estructuras asociadas incluyen tres partes de glándulas salivales, el páncreas, el hígado y la vesícula biliar con sus conductos asociados. Cada uno de estos órganos juega un papel importante en la digestión. En cambio no tiene función conocida el apéndice, un tubo corto y sin salida, adherido a la primera parte del intestino grueso.

Digestión bucal.
La boca conforma la apertura anterior del aparato digestivo y es la cavidad por la que penetra el alimento. El órgano presenta funciones relacionadas con la fisiología de la digestión y la respiración e interviene también en la articulación de palabras. El orificio anterior que la constituye se encuentra delimitado por los labios, cuyo movimiento es a su vez regulado por las mejillas y el músculo esfínter oral. Los huesos maxilares sostienen, por su parte, las arcadas dentarias, a las que compete la masticación del alimento.
 El límite externo de las arcadas lo constituyen las encías, en las que se fijan los dientes. La cavidad bucal queda delimitada por el paladar en la parte superior y la lengua, móvil y dotada de papilas gustativas, en la inferior. En el fondo, la comunicación con la faringe se produce a través de la cavidad que forman las amígdalas, la base lingual, el límite posterior del paladar, el velo palatino y la úvula, campanilla carnosa que pende de este último. La saliva, líquido alcalino viscoso que se mezcla con el alimento, es aportada por las glándulas salivales, diferenciadas entre sublinguales, submaxilares y parótidas.
La boca aparece rodeada por unos pliegues de la piel, llamados labios. Dentro de la boca se encuentran los dientes cuya función es cortar, trocear y triturar los alimentos (digestión mecánica) En la boca encontramos también la lengua, que tiene una gran cantidad de papilas gustativas, cuya función es la de mezclar los alimentos y facilitar su tránsito hacia el esófago. En la cavidad bucal desembocan las glándulas salivales, que segregan saliva, cuyas funciones son:
•    actuar de lubricante
•    destruir parte de las bacterias ingeridas con los alimentos
•    comenzar la digestión química de los glúcidos mediante una enzima, la amilasa o ptialina, que rompe el almidón en maltosa.

La saliva.
Está formada, en un 95% por agua y el 5% restante por solutos tales como iones sodio, potasio, cloruro, bicarbonato y fosfatos. Hay además una sustancia serosa llamada mucus y dos enzimas: La amilasa salival y la lisozima
Dientes.
Estructuras duras, calcificadas, sujetas al maxilar superior e inferior de los vertebrados y algunos animales inferiores, cuya actividad principal es la masticación. En algunos animales los dientes tienen también otras funciones, como roer, cavar o ser utilizados en la lucha. En el curso de la evolución se han desarrollado distintas formas de dientes, desde las simples hileras escalonadas de dientes cónicos que poseen los tiburones hasta las estructuras más complejas habituales en los mamíferos.

4. Faringe
Es la faringe un conducto muscular membranoso que comunica la boca con el esófago. También pone en contacto la nariz con la laringe, por lo que se considera que la faringe es el punto en el que convergen los sistemas digestivo y respiratorio. El tejido de la zona superior de la faringe es similar al que constituye el resto de los órganos de la respiración, mientras que en su porción inferior tiene más semejanza con el del sistema digestivo. La entrada de alimento a las vías respiratorias es impedida por la epiglotis, que es un cartílago situado al principio de la laringe que la cierra cuando se traga el alimento, para que éste pase al esófago.
En el hombre mide unos 13 cm y queda delante de la columna vertebral. Alberga las amígdalas y, en los niños, los ganglios adenoides. Como arranca de la parte posterior de la cavidad nasal, su extremo más alto se llama nasofaringe. La inferior u orofaringe ocupa la zona posterior de la boca. Termina en la epiglotis, un pliegue cartilaginoso que impide la entrada de alimentos en la tráquea, pero no obstaculiza su paso al esófago. Las llamadas trompas de Eustaquio comunican la faringe con el oído medio y equilibran la presión del aire a ambos lados del tímpano. La faringe es un tubo muscular que comunica el aparato digestivo con el respiratorio. Para que las vías respiratorias permanezcan cerradas durante la deglución, se forma en la faringe un repliegue, llamado epiglotis , que obstruye la glotis. De esta forma se impide que el alimento se introduzca en el sistema respiratorio.
Al tragar comida esta abandona la boca y viaja por la faringe o garganta para entrar en el esófago.
Esófago.
Se denomina esófago al conducto que une la faringe con el estómago. Mide aproximadamente unos 25 cm de largo por 4 cm de diámetro y es un órgano musculoso encargado de conseguir que el alimento pase desde la faringe hasta el estómago mediante contracción muscular.

En el ser humano tiene una longitud que oscila entre los 23 y los 25 cm, y su función principal es el transporte del alimento hacia el estómago. Está formado por varias capas que desde el exterior hacia el interior son: adventicia, muscular (con fibras longitudinales y circulares), submucosa (con tejido conectivo, vasos sanguíneos y glándulas mucosas) y mucosa, que también contiene este tipo de glándulas. El alimento progresa por el esófago hacia el estómago mediante movimientos musculares involuntarios denominados movimientos peristálticos; se originan debido a la capa muscular y están controlados por el bulbo raquídeo. El peristaltismo supone una serie de contracciones y relajaciones del esófago que en forma de ondas se desplazan hacia abajo y propulsan el bolo alimenticio hacia el estómago, proceso que se ve facilitado por el moco secretado por las glándulas mucosa.

5. El estómago
La mayoría de los animales, al igual que el hombre, tienen sólo un estómago, mientras que las aves y los rumiantes tienen órganos digestivos formados por dos o más cámaras. La superficie externa del estómago es lisa, mientras que la interna presenta numerosos pliegues que favorecen la mezcla de los alimentos con los jugos digestivos y transporta este material a través del estómago hacia el intestino. Parece que en el estómago sólo se absorben agua, alcohol y ciertos fármacos. La mayor parte de la absorción de alimentos tiene lugar en el intestino delgado. Localización del estómago En el hombre, el estómago está situado en la zona superior de la cavidad abdominal, ubicado en su mayor parte a la izquierda de la línea media. La gran cúpula del estómago, el fundus, descansa bajo la bóveda izquierda del diafragma; el esófago penetra por la zona superior, o curvatura menor, a poca distancia bajo el fundus. La región inmediata por debajo del fundus se denomina cuerpo. La parte superior del estómago, que recibe el nombre de porción cardiaca, incluye el fundus y el cuerpo. La porción inferior, o pilórica, se encorva hacia abajo, hacia adelante y hacia la derecha, y está formada por el antro y el conducto pilórico. Este último se continúa con la parte superior del intestino delgado, el duodeno. Tejido Los tejidos del estómago incluyen una cubierta externa fibrosa que deriva del peritoneo y, debajo de ésta, una capa de fibras musculares lisas dispuestas en estratos diagonales, longitudinales y circulares. En la unión del esófago y el estómago, la capa muscular circular está mucho más desarrollada y forma un esfínter, el cardias. La contracción de este músculo impide el paso de contenido esofágico hacia el estómago y la regurgitación del contenido gástrico hacia el esófago. En la unión del píloro y el duodeno existe una estructura similar, el esfínter pilórico. La submucosa es otra capa del estómago formada por tejido conjuntivo laxo en el cual se encuentran numerosos vasos sanguíneos y linfáticos, y terminaciones nerviosas del sistema nervioso vegetativo. La capa más interna, la mucosa, contiene células secretoras; algunas segregan ácido clorhídrico, que no sólo neutraliza la reacción alcalina de la saliva, sino que proporciona un carácter ácido al contenido gástrico y activa los jugos digestivos del estómago. Estos jugos están secretados por un tipo diferente de células. Las enzimas que se encuentran en el jugo gástrico son pepsina, que en presencia de ácido fragmentan las proteínas en peptonas; la renina, que coagula la leche, y tal vez lipasa, que rompe las grasas en ácidos grasos y glicerol. Un tercer tipo de células producen mucosidades para proteger al estómago de sus propias secreciones. Los tejidos del estómago, e incluso la mucosidad, son digeribles por los jugos gástricos. Sin embargo, en condiciones normales, el revestimiento mucoso se renueva con más rapidez que se elimina. Cuando un trastorno psicosomático o patológico impide la secreción adecuada de mucosidad, la mucosa gástrica se erosiona y se forma una úlcera. Si la úlcera evoluciona se puede perforar la pared del estómago y permitir que el contenido gástrico pase hacia la cavidad abdominal produciendo una peritonitis. Digestión La penetración en el estómago de fragmentos de carne, cereales cocinados y productos proteicos digeridos en parte estimula la secreción de jugo gástrico. Estos agentes originan la formación en el extremo pilórico del estómago de una hormona, la gastrina. Cuando la gastrina se absorbe, estimula las glándulas secretoras. La secreción gástrica se puede estimular también por la simple visión u olor de la comida. Esto se denomina estimulación refleja o cefálica. Las paredes del estómago vacío están en contacto una con otra. Cuando el alimento entra en el órgano, las paredes se expanden y la cavidad aumenta sin que se produzcan cambios en la presión intragástrica. La porción cardiaca del estómago almacena la comida ingerida. Las ondas de contracción del músculo circular que van precedidas por ondas de relajación (peristaltismo) se inician cerca de la zona central del cuerpo del estómago, se propagan hacia abajo y finalizan justo antes de alcanzar el conducto pilórico. Tales ondas de contracción, que pueden suceder a una frecuencia de tres por minuto, maceran y mezclan por completo el alimento con el jugo gástrico. El alimento pasa periódicamente desde el estómago hacia el duodeno; esto se debe a la contracción de los músculos de la pared del estómago. Estos músculos están inervados por el nervio vago que estimula la contracción de la musculatura gástrica y permite la apertura del esfínter situado entre el estómago y el duodeno, el píloro. Debido a que la sección de estos nervios conduce a una parálisis en sólo unos días, el estómago, al igual que el corazón, se debe considerar como un órgano automático. Se desconoce si el automatismo está determinado en la musculatura o en un mecanismo nervioso intrínseco. Las fibras nerviosas simpáticas en los nervios esplácnicos tienen efectos opuestos a los del nervio vago e impiden el vaciamiento gástrico. Hambre. Se sabe que en el ser humano, las contracciones del estómago vacío están asociadas con espasmos de hambre. Sin embargo, el mecanismo del hambre es más complicado y sólo está relacionado de forma secundaria con el estómago. Trastornos gástricos Muchos de los síntomas que se atribuyen a enfermedades del estómago pueden estar originados por trastornos psicosomáticos, enfermedades sistémicas generales o enfermedades de órganos vecinos, como el corazón, hígado o riñones. Además de las úlceras y el cáncer, las alteraciones gástricas incluyen: dispepsia (indigestión gástrica), gastritis y estenosis, además de las originadas por las cicatrices de las úlceras curadas. El tratamiento de las dispepsias (molestias pospandriales) es el de la entidad causal. En el caso de trastornos orgánicos (gastritis, úlceras) se establece una pauta terapéutica atendiendo al tipo de alteración específica; así, se combina una dieta (absoluta, blanda) con fármacos del tipo antiácido (almagato, magaldrato) y bloqueantes de los receptores H2 (cimetidina, ranitidina) y de la bomba de hidrogeniones (omeprazol). Se ha demostrado en estudios recientes, la existencia de una bacteria (Helycobacter pilorii) que vive en el estómago de las personas que presentan úlcera gástrica. Es resistente a la acidez del jugo gástrico y se piensa que es el agente causante del 70% de las úlceras gástricas.

El estómago es un depósito que recibe los líquidos y los sólidos ingeridos que provienen del esófago. Se ubica a la izquierda del organismo, en la zona superior del abdomen, y presenta forma de saco redondeado en su parte más alta, aplanada en la porción media y cónica en la terminal. Tiene dos orificios: el cardias, que lo comunica con el esófago, y el píloro, que lo une al intestino delgado. Las paredes del estómago son musculosas y su interior se encuentra revestido de numerosas glándulas gástricas que segregan ácido clorhídrico y enzimas (proteínas cuya presencia hace aumentar la velocidad de las reacciones químicas). La función de tales sustancias consiste en favorecer la digestión de los alimentos y hacer que éstos adquieran consistencia líquida, para pasar a continuación al intestino delgado.
6. Anatomía comparada del estómago
En principio, el estómago constituyó una dilatación del aparato digestivo en la cual podía almacenarse cierta cantidad de alimento que, después, iba siendo digerido y utilizado en otras partes del organismo. Más tarde, en el largo proceso de la evolución, y según indican los estudios llevados a cabo en distintos grupos de animales inferiores, la víscera desarrolló progresivamente una capacidad digestiva propia, favorecida por la secreción de enzimas (sustancias que intervienen en las reacciones del organismo, entre ellas los procesosde degradación del alimento).Aunque propiamente sólo pueda hablarse de estómago en los vertebrados, ya que en ellos es donde esta cavidad adquiere una mayor complejidad y organización, por analogía se da tal denominación también a órganos que en los invertebrados desempeñan una función similar, si bien las diferencias de unos y otros en la escala evolutiva y en el ámbito estructural son muy notables.
En los celenterados (medusas y antozoos) no existe un aparato digestivo diferenciado, sino una mera cavidad gastrovascular o celenterón que ocupa la mayor parte del interior del animal y en la que se digieren las partículas alimenticias capturadas del exterior. Los moluscos disponen de un estómago con una estructura, el llamado protostilo, consistente en una especie de varilla gelatinosa que remueve los alimentos y que sintetiza una enzima capaz de digerir los carbohidratos o azúcares; la digestión de proteínas y grasas se realiza en otro órgano.
Los artrópodos, que incluyen, entre otros, a los crustáceos, los arácnidos y los insectos, disponen de un aparato digestivo constituido por tres regiones, de las cuales la central o mesodeo hace las veces de estómago. En las arañas, conectadas a la cavidad estomacal, se diferencian una serie de prolongaciones en forma de sacos, los llamados divertículos gástricos, donde se almacena el alimento. Los crustáceos tienen su estómago dividido en dos partes: una anterior, o molino gástrico, en el que se trituran las partículas nutritivas, y otra situada a continuación en la que se realiza la selección de aquéllas.
En el caso de algunos insectos gregarios, como las hormigas o las abejas, se habla de "estómagos sociales" para designar la particularidad que presentan estos invertebrados de volver a expulsar parte del alimento que se encuentra parcialmente digerido en su estómago con el fin de alimentar con su contenido a otros individuos del hormiguero o de la colmena. Tal fenómeno revierte en el aumento de la cohesión entre los miembros de las comunidades.
El estómago aparece además en otros muchos grupos de animales inferiores, como los equinodermos (erizos de mar), foronídeos, ectoproctos y entoproctos (algunos de ellos de aspecto similar a los moluscos, aunque no están relacionados con ellos), etc.
En los vertebrados, la configuración del órgano varía dentro de amplios márgenes según los grupos. En las aves se compone de un proventrículo, secretor de enzimas, y de una molleja, musculosa y trituradora. Los mamíferos tienen tres regiones estomacales bien diferenciadas: cardial, cercana al esófago; fúndica, situada en el centro; y pilórica, que está próxima al intestino delgado. Un caso particular dentro de los vertebrados es el constituido por los rumiantes, los cuales, como consecuencia de su dieta herbívora, tienen el estómago dividido en cuatro cavidades: la panza; la redecilla (también llamada retículo o bonete), donde se almacena y amasa el alimento; el libro u omaso, en el que se absorbe el agua del mismo; y el cuajar, abomaso o verdadero estómago, dotado de glándulas digestivas.




7. Digestión intestinal


Intestino, porción del tracto digestivo situado entre el estómago y el ano. En la especie humana, el intestino se divide en dos secciones principales: el intestino delgado, que tiene unos 6 m de longitud, donde se produce la parte más importante de la digestión y se absorben la mayoría de los nutrientes, y el intestino grueso, que tiene un diámetro mayor, una longitud aproximada de 1,5 m y es donde se absorbe el agua y determinados iones; desde él se excretan los materiales sólidos de desecho. El intestino delgado está enrollado en el centro de la cavidad abdominal y está dividido en tres partes: duodeno, yeyuno e íleon. La porción superior o duodeno comprende el píloro, la abertura de la parte inferior del estómago por la que vacía su contenido en el intestino. El duodeno tiene la forma de una herradura que rodea tanto a una parte del páncreas y el conducto pancreático, como a los conductos del hígado y de la vesícula biliar que vierten en él. El yeyuno o parte media del intestino delgado se extiende desde el duodeno hasta su porción terminal o íleon, que acaba en un lado de la primera parte del intestino grueso llamada el ciego. El intestino delgado tiene una membrana de revestimiento o mucosa, adaptada para la digestión y absorción que está plegada y cubierta por unas pequeñas prolongaciones llamadas vellosidades; éstas son pequeños tubos de epitelio que rodean un vaso linfático y gran cantidad de capilares. En su base se abren unas pequeñas depresiones glandulares llamadas criptas de Lieberkühn, que secretan las enzimas necesarias para la digestión intestinal. Las proteínas e hidratos de carbono digeridos pasan de los capilares de las vellosidades a la vena porta, que entra en el hígado, mientras que las grasas digeridas se absorben a través de los pequeños vasos linfáticos y alcanzan el flujo sanguíneo general. La mucosa del intestino delgado también secreta la hormona secretina que estimula al páncreas para producir las enzimas digestivas. El intestino grueso se divide en el ciego, el colon ascendente, el colon transverso, el colon descendente, el colon sigmoideo y el recto. El ciego es un saco abultado que se localiza en la porción inferior derecha de la cavidad abdominal y en los animales herbívoros tiene un gran tamaño. En la especie humana, las dos partes importantes del ciego son el apéndice vermiforme vestigial (véase Apendicitis), que se altera con frecuencia, y la válvula ileocecal, una estructura membranosa situada entre el íleon y el ciego que regula el paso del material alimenticio desde el intestino delgado al grueso y evita el retroceso de los productos de desecho tóxicos en el sentido inverso. El colon ascendente se eleva por el lado derecho del abdomen; el colon transverso lo cruza en horizontal y el colon descendente se dirige hacia abajo por su lado izquierdo. El colon sigmoideo es la porción que adopta esta forma cuando entra en la cavidad pélvica. La parte terminal del intestino o recto mide unos 15 cm de longitud y debe este nombre a su forma casi recta. La salida del recto se llama ano y está cerrada por un músculo que lo rodea, el esfínter anal. El intestino grueso tiene un revestimiento mucoso liso (sólo el recto tiene pliegues) que secreta mucus para lubricar los materiales de desecho. El alimento y los materiales de desecho atraviesan toda la longitud del intestino movidos por las contracciones rítmicas o movimientos peristálticos de sus músculos. La totalidad del volumen intestinal mantiene su posición en la cavidad abdominal gracias a unas membranas llamadas mesenterios.

8. Intestino delgado.
El conducto intestinal delgado es la parte más larga de todo el aparato digestivo, con una longitud de unos seis metros. Se puede considerar que está formado por tres partes: duodeno, yeyuno e íleon, aunque la separación entre cada uno de ellos no presenta límites definidos. Las principales funciones que desempeña el intestino delgado son el avance del alimento procedente del estómago, el desarrollo de la fase terminal de la digestión con jugos que segregan tanto sus propias glándulas como otras accesorias (hígado y páncreas) y, por último, la absorción de los productos alimenticios que se liberan en la digestión para que pasen a la sangre y, a través del torrente circulatorio, sean transportados a los lugares del organismo donde son necesarios. Las paredes del intestino delgado constan de cuatro capas concéntricas denominadas, exterior al interior, seroso, muscular, submucosa y mucosa. La capa de tejido intestinal presenta pequeñas protuberancias en forma de dedo llamadas vellosidades, de cuya superficie surgen otras más pequeñas, las microvellosidades. Mediante estos salientes se aumenta la superficie intestinal unas 25 veces, lo que acrecienta la eficacia de la absorción. Cuando las enzimas digestivas han disociado las grandes moléculas de proteínas, polisacáridos, ácidos nucleicos, lípidos en sus subunidades constituyentes, los productos son absorbidos por la pared del intestino, especialmente del intestino delgado. Incontables pequeñas eminencias en forma de dedo llamados vellos, cubren toda la superficie de la mucosa intestinal, cada vello contiene una red de capilares sanguíneos, y un capilar linfático en su centro, al cual son transferidos los nutrientes. Los pliegues, vellos y micro vellos juntos proporcionan una enorme superficie por la que puede producirse la absorción. Algunos vertebrados tienen una o más bolsas ciegas, secas, que se unen al intestino y aumentan el área disponible para la absorción. La absorción es un complejo proceso producido en parte por simple difusión física, en parte por difusión facilitada y transporte activo. Las distintas hexosas son absorbidas por transporte activo, por un proceso que requiere el gasto de energía parea mover las moléculas contra un gradiente químico. Las distintas hexosas, glucosa, fructosa y galactosa, son absorbidas a diferente velocidad.

Intestino grueso.
La última porción del aparato digestivo la constituye el intestino grueso, integrado por el ciego, el colon y el recto. El ciego es la parte que comunica con el intestino delgado a través de la válvula ileocecal, y en la que se encuentra el apéndice vermiforme, cuya inflamación puede originar apendicitis, en cuyo caso es necesario extirparlo. El colon se subdivide en cuatro secciones: colon ascendente, que va de abajo hacia arriba hasta la zona inferior del hígado; el transverso, cuyo recorrido es horizontal de derecha a izquierda y se sitúa a la altura de la décima costilla; el descendente, dirigido de arriba hacia a bajo y que se ubica delante del riñón izquierdo; y, por último, el sigmoide, que se encorva dos veces sobre sí mismo, se sitúa en proximidad de la tercera vértebra sacra y continúa con el recto, que termina en el orificio anal. Así, el aparato digestivo se comunica con el exterior del organismo. La función básica del intestino grueso es la absorción del agua de los líquidos que no han sido asimilados en el intestino delgado y también los electrólitos (sustancias que, disueltas en agua, se descomponen para formar partículas cargadas eléctricamente). Además, almacena las sustancias sólidas de desecho hasta que son excretadas. El resto de las materias, una vez absorbidos los nutrientes, pasan del intestino delgado al grueso, o colon, dispuesto en el abdomen en forma de U invertida, de mayor diámetro y paredes mas gruesas que los segmentos precedentes. El intestino delgado desemboca de lado en el colon, a poca distancia de su terminación, de modo que deja un fondo de saco llamada ciego, de cuyo extremo todavía sobresale una proyección del porte de un dedo meñique , llamada apéndice. Desde la unión de los dos segmentos del intestino, el colon ascendente, como su nombre lo indica, se extiende en dirección vertical por el lado derecho del abdomen hasta llegar a nivel del hígado, donde cambia de dirección en ángulo recto y, con el nombre de colon transverso, cruza la cavidad abdominal por debajo del hígado y estomago. Ya a la izquierda del abdomen, vuelve a doblarse en ángulo recto y a tomar dirección descendente ( colon descendente ) hasta llegar al recto.
La parte final del tubo digestivo está formada por el colon el recto y el ano. Una corta bolsa llamada ciego une el intestino delgado con el colon. el ciego, el colon y el recto forman el intestino grueso. de 1,5m de longitud, el colon cambia productos digestivos de desecho en una forma que el cuerpo que el cuerpo escreta como heces por el recto y ano. Cuando la comida cuando la comida llega al colon ya se han absorbido los nutrientes esenciales para las funciones del cuerpo.

Características evolutivas.
La principal función intestinal es la absorción de los principios nutritivos utilizables por el organismo, resultantes de la digestión de las grandes moléculas orgánicas ingeridas por el animal y en las que tales principios se integran, complementada por la degradación de algunos nutrimentos. En el intestino se absorben también grandes cantidades de agua, que de otro modo se perdería junto con los desechos, y se forman las heces.
A lo largo de la evolución animal, el intestino se ha convertido de modo progresivo en un órgano largo y complejo, con elevada capacidad absorbente y digestiva, para lo cual sus paredes han experimentado un proceso de expansión y plegamiento hasta constituir los repliegues intestinales con el fin de incrementar la superficie de absorción. Además, como ha ocurrido con otros aparatos y sistemas, sus partes se han diferenciado, y en los animales superiores presentan dos zonas netamente definidas: el intestino delgado, anterior, cercano al estómago, y el intestino grueso, situado a continuación. Cada parte se ve subdividida a su vez en distintas regiones, diferenciadas estructural y morfológicamente.

Intestino de los invertebrados.
En los invertebrados, el intestino aparece ya en algunos grupos de platelmintos (gusanos planos), como las planarias, los turbelarios marinos y los trematodos, mientras que en otros, como las tenias, no existe, debido a su adaptación a la vida parasitaria.
La anatomía y estructura del intestino en los distintos tipos de invertebrados es, en términos generales, muy similar, con las variaciones lógicas en cuanto respecta a los tejidos orgánicos y al rendimiento fisiológico. En muchos, la cavidad intestinal forma un número variable de divertículos o prolongaciones ciegas, en las que se almacena el alimento. Las lombrices de tierra, pertenecientes al grupo taxonómico de los anélidos, presentan un repliegue de las paredes intestinales, el llamado tiflosol, que multiplica la eficacia absorbente del órgano. En los artrópodos (crustáceos, arácnidos, insectos, etc.), el intestino ocupa la tercera región en la que se estructura el aparato digestivo de estos animales, región denominada proctodeo.

9. Anatomía comparada del intestino de los vertebrados

Con excepciones como las lampreas (ciclóstomos) y algunos anfibios, en la mayoría de los vertebrados el intestino se divide en una porción anterior, delgada, y otra final, gruesa. La primera desempeña un papel absorbente y digestivo, mientras que en la segunda se forman las heces fecales.
En los peces de esqueleto cartilaginoso, entre los que se incluyen los tiburones, el intestino delgado está recorrido por la llamada válvula espiral, pliegue longitudinal que aumenta la superficie de absorción. Con frecuencia aparecen ciegos pilóricos, prolongaciones ubicadas cerca del extremo posterior del estómago.
Entre los anfibios se observan repliegues muy finos en las paredes intestinales, las vellosidades que faltan en ciertas especies de ranas. El intestino delgado muestra un grado de arrollamiento variable según los grupos y el intestino grueso suele ser corto y desemboca en una cloaca.
En los reptiles, alrededor del punto donde se unen las dos regiones del intestino se desarrolla el llamado ciego cólico, con función de almacenamiento. Tal estructura alcanza mayor complejidad y perfección en las aves. Así, por ejemplo, el ciego del avestruz es de tamaño considerable y contiene un pliegue espiral interno.
Los mamíferos herbívoros tienen un intestino muy largo, debido al tipo de dieta de estos animales, que requiere procesos de absorción más lentos y eficientes con el fin de extraer la mayor parte del contenido asimilable de la hierba y órganos vegetales. Las paredes intestinales son muy ricas en glándulas, algunas de las cuales vierten enzimas y hormonas.

10. Afecciones intestinales
Entre las afecciones habituales del intestino delgado cabe citar los trastornos infecciosos o enteritis, en los que se producen inflamación, fiebre, diarrea, etc.; diversos tipos de mal absorción, que determinan una insuficiente asimilación de los nutrimentos; y trastornos causados por la acción de organismos parásitos, en su mayor parte gusanos y protozoos flagelados.
El intestino grueso puede verse alterado por enfermedades infecciosas, como la colitis, de origen bacteriano, caracterizadas por la abundante diarrea; o por la actuación de protozoos parásitos, como algunas amebas que originan la disentería amebiana.
La evacuación insuficiente del intestino se conoce como estreñimiento y puede ser debida a diferentes causas, tales como oclusiones, inflamaciones, inadecuado régimen alimentario (falta de fibra en la dieta) y otros. Se corrige mediante la administración de laxantes y aumento de las verduras y frutas en la dieta, aplicación de calor, etc.
Páncreas.
La glándula pancreática está situada detrás del estómago y resulta imprescindible para la vida. Su fisiología se centra en la secreción de sales alcalinas (bicarbonatos) con el objeto de poder neutralizar los ácidos del estómago, así como las enzimas necesarias para la digestión. Por otra parte, desempeña un papel decisivo en la producción de hormonas: la insulina y el glucagón son las encargadas de regular la asimilación metabólica de los carbohidratos.

Hígado.
El órgano hepático es la glándula más voluminosa del cuerpo humano. Su peso oscila en torno a los 1,5 kg. No tiene una sola función, sino que desarrolla múltiples procesos (almacenaje de grasas, carbohidratos y proteínas, producción de proteínas para la coagulación sanguínea, etc.), pero de todos ellos el único que parece directamente implicado en el funcionamiento del aparato digestivo es la síntesis de la bilis, sustancia líquida y viscosa, de color amarillo verdoso, que interviene en la digestión de las grasas y evita la putrefacción intestinal.

Vesícula biliar.
La bilis se halla contenida en una pequeña vejiga en la que se elimina el exceso de agua. Si la concentración biliar es excesiva, pueden producirse cálculos, que se deben extirpar mediante cirugía.
Actividad en el colon
La función principal del colon es convertir en heces el líquido del intestino delgado, llamdo quimo. Los millones de bacterias del colon producen vitaminas k y b, Así como los gases de hidrogeno, anhídrido carbónico, sulfuro de hidrógeno y metano. El recubrimiento del colon segrega moco para lubricar el interior del intestino y facilitar el paso de las heces. El moco produce anticuerpos que protegen contra la enfermedad.

Absorción de agua de las heces.
El sodio, el cloruro y el agua son absorbidos a través del recubrimiento del colon y pasan a la circulación, de modo que las heces se hacen más secas. Segregan bicarbonato y potasio para tomar el lugar del sodio y del cloruro.

Consolidación de las heces.
En el tracto intestinal viven miles de millones de bacterias, normalmente inofensivas siempre que no se extiendan a otras partes del cuerpo. Se alimentan de la fibra no digerida de la materia fecal y ayudan a reducir así la cantidad de heces que se producen. Al ser excretadas, aproximadamente una tercera parte del heces se componen de estas bacterias.

El quimo en el intestino grueso.
El quimo pasa del íleon (la última parte del intestino delgado)a través de la válvula ileocecal. Cada vez que se abre la válvula, una parte del quimo es empujado desde el íleon hacia el ciego para moverse por el colon ascendente.

Formación de desechos y defecación.
Aunque las materias que llegan al colon han perdido mucha parte de sus componentes, el conjunto todavía es líquido. Cierta cantidad de agua es absorbida en el intestino delgado, aproximadamente la equivalente a la aportada por la bilis y el jugo pancreático. La principal función del colon es absorber agua y reducir las deyecciones a consistencia semisólida. En el colon se producen también los mismos movimientos que en el intestino delgado, peristáltico y rítmico, aunque unos y otros son más lentos y perezosos que los correspondientes en el segmento anterior. De cuando en cuando, movimientos peristálticos más enérgicos impelen las materias hacia el recto; estos movimientos son mas frecuentes después de haber comido, debido a un mecanismo reflejo por el cual la repleción del estómago estimula el vaciamiento del colon.

Defecación.
La defecación en parte es voluntaria, debido a la contracción de los músculos de la pared abdominal y del diafragma, y a la relajación del esfínter externo del ano, y en parte involuntaria, dependiente de la relajación del esfínter interno del ano y de la contracción del intestino grueso y el recto, que impulsan las heces hacia el ano. La distensión del recto y el estimulo resultante de los nervios de sus paredes es lo que despierta el deseo de defecar. Si este aviso se desatiende, el recto se adapta al nuevo tamaño, el estimulo se reduce y por fin desaparece.

11. Recto y ano
 Recto: Forma parte del intestino grueso, y esta situado a continuación de este. Tiene forma cilíndrica, excepto en su parte inferior, llamada ampolla. Se llama recto porque es mucho menos fluxuoso que el colon. Tiene por termino medio, 13 cm. de longitud. En su interior presenta dos especies de válvulas (válvulas de Houston), una de ellas (la de Kohlrausch) bastante visible en el lado derecho. En su parte inferior hay una serie de repliegues curvilíneos, las válvulas semilunares de Morgagni, separadas entre si por las columnas del mismo nombre.

Ano: Por debajo del recto esta el canal anal, de unos cuatro cm. de longitud, revestido de crestas verticales llamadas columnas anales. En las paredes del canal anal hay dos fuertes hojas planas de músculos llamados esfínteres interno y externo, que actúan como válvulas y que se relajan durante la defecación.

Fisiología y enfermedad.

La regulación de los procesos que se realizan en el aparato digestivo es llevada a cabo por el sistema nervioso y por ciertas hormonas y, en algunas partes, también por sustancias químicas. Como el resto de las partes del cuerpo, cada uno de los órganos que integran el aparato digestivo es susceptible de padecer enfermedades. Estas pueden ser de muy distinto origen: congénito, infeccioso, canceroso, ambiental o por inflamación. En cualquiera de los casos es necesario tratar de evitarlas o si se han manifestado buscar un tratamiento adecuado, porque el aparato digestivo, y por tanto su correcto funcionamiento, resulta imprescindible para la actividad vital. La terapéutica de este sistema comprende áreas médicas de distinta índole. Así, la odontología, la gastroenterología y la cirugía son disciplinas que centran sus estudios y tratamientos en los órganos digestivos.

Concepto de Digestión.
La digestión es el proceso mediante el cual los alimentos que ingerimos se descomponen en sus unidades constituyentes hasta conseguir elementos simples que seamos capaces de asimilar.
Así las proteínas se transforman en aminoácidos, los hidratos de Carbono en monosacáridos como la glucosa y las grasas en alcohol y ácidos grasos.
Estas moléculas, mucho más simples y pequeñas, están en condiciones de ser absorbidas por el organismo.
Para que se produzca la digestión es necesario que actúen las ENZIMAS digestivas



12. Jugos Digestivos y Enzimas Digestivas



·         Glándulas Salivales:
Las glándulas salivales son glándulas exocrinas que producen la saliva, la cual es un líquido incoloro de consistencia acuosa o mucosa, se produce un litro al día (aprox.), es una solución de proteínas, glucoproteínas, hidratos de carbono y electrólitos y contiene células epiteliales descamadas y leucocitos. Las glándulas salivales grandes están representadas por 3 glándulas pares: las glándulas sublinguales: ubicadas en el tejido conectivo de la cavidad oral, glándulas parótidas y submaxilar: ubicadas por fuera de la cavidad oral.
Las que actúa primero son las glándulas salivares de la boca. La saliva que producen contiene dos enzimas: La amilasa salivar o ptialina que comienza a digerir el almidón de los alimentos y lo transforma en moléculas más pequeñas y la lisozima, que actúa matando a muchas bacterias por lisis.





·         Jugo gástrico:
El jugo gástrico es un líquido claro segregado en abundancia por numerosas glándulas microscópicas diseminadas por la mucosa del estómago.
El jugo gástrico contiene:
1) Agua
2) Ácido clorhídrico
3) Enzimas: pepsina, renina gástrica y lipasa gástrica.
La secreción de jugo gástrico la inicia normalmente el cerebro que envía un mensaje al estómago a través del nervio vago.




 
Su función es actuar principalmente sobre la digestión de las proteínas, por el efecto de las enzimas pepsina y renina, para favorecer la absorción de los nutrientes en el intestino delgado. Las células parietales producen ácido clorhídrico (HCl) que activa a la enzima pepsinógeno que posteriormente se transforma en pepsina.
Por la presencia del ácido clorhídrico el pH toma un valor entre uno y dos. Este medio ácido facilita la degradación (hidrólisis) de las proteínas para convertirlas en unidades más pequeñas.
La pepsina degrada las proteínas en subunidades menores; otras enzimas digestivas importantes son la tripsina y la quimotripsina.
La renina (también conocida como fermento del cuajo) transforma la caseína (proteína de la leche) en una proteína (cuajo) soluble para la acción de la pepsina. Esto es necesario para mantenerla en el estómago el tiempo adecuado para que la pepsina actúe sobre ella, ya que si la leche permaneciera líquida pasaría por el estómago tan rápidamente como el agua.
La lipasa gástrica actúa sobre algunos lípidos, en esta etapa del sistema digestivo es de poca actividad.





·         Jugo Pancreático:
El páncreas produce el Jugo Pancreático, que ayuda a transformar el Quimo en Quilo.
Las Enzimas que segrega el Jugo Pancreático son:
- Esteapsina o Lipasa Pancreática, que desdobla químicamente a los lípidos en glicerina y ácidos grasos simples (glicéridos y Triglicéridos).
- Tripsina y Quimotripsina quienes participan en el desdoblamiento de las proteínas en cadenas polipeptídicas y luego en aminoácidos simples.
- Amilasa Pancreática quien termina de desdoblar el almidón en Maltosa.
- Ribonucleasa, que desdobla el ARN en sus Nucleótidos.
- Desoxirribonucleasa, que desdobla al ADN en sus Nucleótidos.
- Carboxipeptidasa que actúa desdoblando las Cadenas Polipeptídicas en Aminoácidos simples.
El jugo pancreático está formado por agua, bicarbonato, y numerosas enzimas digestivas.



·         Bilis
Es un líquido digestivo espeso, secretado por el hígado y almacenado en la vesícula biliar. La bilis ayuda a la digestión descomponiendo las grasas en ácidos grasos, los cuales pueden ser llevados dentro del cuerpo por el tubo digestivo.
Funciones de la bilis
·         Neutralizar la acidez del jugo gástrico para que al intestino no pase tan ácido como en el estómago.
·         Ayudar en la digestión de grasas y vitaminas liposolubles. Esto es así porque su composición ayuda a la formación de micelas.
·         Transportar sustancias de deshecho insolubles en agua que son extraídas por el hígado a la sangre:
-         Pigmentos de la hemoglobina.
-         Colesterol y esteroles.
-         Derivados de los medicamentos.







·         Jugo Intestinal:
La Función del jugo intestinal es junto con el Jugo Pancreático y la Bilis, transformar el Quimo en QUILO (Sustancia alcalina y líquida).
Las enzimas que se encuentran en el Jugo Intestinal son:
- Amilasa que actúa sobre el Almidón
- Sacarasa que actúa sobre la Sacarosa o azúcar común.
- Maltasa que actúa sobre la Maltosa.
- Lactasa
que actúa sobre la Lactosa o Azúcar de leche transformándola en sencillas moléculas de Monosacáridos.
- Fosfatasa que actúa desdoblando los Nucleótidos de los Ácidos Nucleicos en sus bases nitrogenadas purinas y pirimidinas.
- Tripsinógeno que actúa sobre la Tripsina intestinal.
- Dipéptidasa actúa desdoblando los Dipéptidos en Aminoácidos simples.
- Aminopéptidasa actúa sobre los Polipéptidos reduciéndolos en Aminoácidos.
- Sucrasa actúa sobre la Sucrosa (Disacárido).
- Enteroquinasa actúa sobre el Tripsinógeno transformándolo en Tripsina.

El jugo intestinal está formado por agua, mucus y enzimas digestivas tales como maltasa, sacarasa, lactasa y peptidasas que actúan sobre los nutrientes presentes en el quimo.













13. Hormonas y digestión Gástrica



Las hormonas son sustancias químicas que llevan mensajes de una célula a otra. Casi todos los órganos y tejidos producen hormonas, liberándolas en la sangre donde son transportadas hasta la célula a la que deben darle una señal determinada. El aparato digestivo contiene sus propios reguladores. Las principales hormonas que controlan las funciones del aparato digestivo se producen y liberan a partir de células de la mucosa del estómago y del intestino delgado. Estas hormonas pasan a la sangre que riega el aparato digestivo, van hasta el corazón, circulan por las arterias y regresan al aparato digestivo, en donde estimulan la producción de los jugos digestivos y provocan el movimiento de los órganos. Las hormonas que controlan la digestión son la gastrina, la secretina y la colecistocinina.

• La gastrina hace que el estómago produzca un ácido que disuelve y digiere algunos alimentos. Es necesaria también para el crecimiento normal de la mucosa del estómago, el intestino delgado y el colon.
• La secretina hace que el páncreas secrete un jugo digestivo rico en bicarbonato. Estimula al estómago para que produzca pepsina, una enzima que digiere las proteínas, y al hígado para que produzca bilis.
• La colecistocinina hace que el páncreas crezca y produzca las enzimas del jugo pancreático, y hace que la vesícula biliar se vacíe.


14. Hormonas y Digestíon Intestino Delgado



Las hormonas gastrointestinales son en realidad un conjunto de péptidos (con algunas excepciones) que se producen en el aparato digestivo e intervienen en la regulación de las diferentes etapas de la digestión. A diferencia de otras hormonas, estos péptidos no suelen estar producidos por glándulas concretas, sino que son vertidos al líquido extracelular y a la sangre por células secretoras aisladas distribuidas a lo largo del tubo digestivo, constituyendo los que algunos autores denominan sistema endocrino intrínseco del sistema gastrointestinal. En otras ocasiones, son producidos por neuronas de los plexos mientérico y submucoso, o por los islotes pancreáticos. En general, debido a que resulta complicado establecer una clasificación común basada en la estructura química, en el lugar de producción o en el tipo de célula secretora válida para todas estas sustancias, se engloban dentro del término de hormonas gastrointestinales por razones didácticas. Debido a que en el estudio de la función digestiva ya se han comentado muchas de las acciones de estas hormonas y su papel en la regulación de las diferentes etapas, ahora sólo se resumirán las principales características de algunas de ellas:





La gastrina es un péptido de 17 aminoácidos producido por las células G de la mucosa gástrica enrespuesta a estímulos químicos, mecánicos o nerviosos. Su principal función es estimular la secreción ácidagástrica, y la realiza o bien actuando directamente sobre las células parietales, o bien estimulando la liberaciónde histamina y potenciando la acción de ésta última. Es un potente agente trófico de la mucosa gástrica, intestinal y del páncreas. Estimula la secreción de pepsina e incrementa el flujo sanguíneo en la mucosa gástrica. Aunque aumenta la actividad eléctrica, la frecuencia y la fuerza de las contracciones gástricas a nivel del estómago proximal, el efecto final de la gastrina sobre la motilidad gástrica produce un enlentecimiento de la evacuación del contenido del estómago. Es también un estimulador de la secreción enzimática del páncreas y
tiene un efecto colerético sobre el árbol biliar. Finalmente, la gastrina parece favorecer la liberación de insulina en respuesta a una elevación de la glucemia.



La colecistocinina-pancreozimina (CCK:PZ) es un péptido de 33 aminoácidos distribuido por todo el tubo digestivo, aunque su mayor concentración está en duodeno y yeyuno. En zonas proximales, la CCK se encuentra en las células endocrinas, mientras que en el colon se encuentra en las terminaciones nerviosas de los plexos mientérico y submucoso. La CCK se libera en respuesta a la presencia de grasas y proteínas en intestino. Su principal función es el
estímulo de la contracción de la vesícula biliar y de la secreción enzimática del páncreas, de ahí su nombre. Además, estimula la secreción de bicarbonato y la de insulina en el páncreas endocrino. Otras funciones de la CCK son el aumento de la motilidad del intestino delgado y de las contracciones gástricas y del esfínter pilórico, la disminución de la contracción del esfínter esofágico inferior, el aumento del flujo biliar, el aumento de la secreción de pepsinógeno gástrico y de la secreción duodenal de las glándulas de Brunner, y una inhibición débil de la secreción ácida gástrica. A nivel general, la CCK disminuye la presión arterial. Regulación de la secreción de gastrina y sus funciones.

El descubrimiento de la secretina marcó el inició de la Endocrinología en 1902, y se produjo al observar que el ácido clorhídrico dentro del intestino estimulaba la secreción pancreática. Es un péptido de 27 aminoácidos producido en las porcinoes distales de duodeno y en yeyuno por células endocrinas denominadas K o S, según los autores. Su principal función consiste en estimular la secreción acuosa y de bicarbonato en el páncreas y el flujo sanguíneo en este órgano. Además, la secretina inhibe la secreción de gastrina y la secreción de ácido y el vaciamiento del estómago, estimula la secreción de somatostatina, relaja el esfínter de Oddi,
estimula la secreción de las glándulas de Brunner, estimula la secreción de PTH y tiene efecto trófico sobre la mucosa del aparato digestivo.

El péptido inhibidor gástrico (GIP) está compuesto por 43 aminoácidos y se produce en la zona media del duodeno y en el yeyuno, en las células K de las vellosidades intestinales. En el tracto gastrointestinal, se le considera una enterogastrona, es decir, una sustancia que se libera en el intestino por contacto con ácido, soluciones hipertónicas o grasa, y que actúa inhibiendo la secreción ácida y la motilidad gástrica. Sobre el páncreas endocrino, el GIP estimula la secreción de insulina. Sobre el metabolismo, el GIP potencia la acción de la lipoprotein-lipasa y favorece el aclaramiento de quilomicrones y triglicéridos de la circulación.

El péptido intestinal vasoactivo (VIP) está compuesto por 28 aminoácidos y se encuentra en las neuronas de numerosas zonas del organismo. Hay VIP en las fibras nerviosas de todas las capas intestinales, especialmente alrededor de los vasos, pero siempre asociado al sistema nervioso intrínseco en esta región. Se localiza, además de a lo largo de todo el intestino, en el fundus gástrico, en el páncreas, las glándulas salivales, el sistema nerviosos central, especialmente en el hipotálamo y los sistemas cardiovascular, respiratorio y genitourinario. El VIP produce vasodilatación en la mayoría de las regiones del organismo. En el tracto gastrointestinal,
inhibe la secreción de ácido y pepsina en el estómago, estimula la secreción de somatostatina, inhibe la secreción de gastrina, estimula la secreción intestinal y revierte el proceso normal de absorción.



El VIP aumenta la liberación de bicarbonato en el páncreas y estimula la secreción biliar. Sobre el músculo liso intestinal, el VIP inhibe el tono de reposo del esfínter esofágico inferior y antagoniza los efectos de contracción producidos por la gastrina. En el riñón, provoca un aumento del volumen de orina y de la excreción de sodio y potasio. Sobre el metabolismo, el VIP tiene efecto lipolítico en los adipocitos y estimula la liberación de ácidos grasos libres por
los mismos; en el hígado, estimula la liberación de glucosa y en el hueso favorece la resorción. Sobre otras hormonas, el VIP estimula la secreción de prolactina GH, LH y ACTH en la hipófisis, y de insulina, glucagón y somatostatina en el páncreas.

Este péptido se localiza desde el esófago hasta el colon, con máxima concentración en duodeno y yeyuno. Además, se ha encontrado en la hipófisis y en la glándula pineal. Sus funciones, como su nombre indica, se relacionan con la motilidad del tracto gastrointestinal. Produce contracción del músculo liso intestinal, incluyendo la vesícula biliar. Su efecto ocurre en los periodos
interdigestivos, en los cuales estimula la actividad motora intestinal desde el estómago y duodeno, propagándose distalmente.

La bombesina es un péptido de 14 aminoácidos que se encuentra en el estómago, páncreas, intestino delgado, colon, sistema nervioso central, médula espinal y nervios periféricos. Tiene una función estimulante en la mayor parte del tracto gastrointestinal. Estimula la liberación de gastrina, CCK, motilina, neurotensina, PP, glucagón, insulina y somatostatina. Estimula la actividad de los marcapasos gástricos e intestinales y las secreciones gástrica, intestinal y pancreática.

La neurotensina se localiza en el esófago, estómago, duodeno, colon y, sobre todo, en íleon y yeyuno. Además, un 10% de la neurotensina se produce en el sistema nervioso central. Sus funciones incluyen la inhibición de la secreción ácida gástrica, vasodilatación mesentérica, disminución de la presión del esfínter esofágico inferior y retraso del vaciamiento gástrico y del peristaltismo intestinal

Existen otros muchos péptidos y agentes candidatos a ser considerados como hormonas
gastrointestinales. Entre los primeros podemos mencionar a la sustancia P y entre los segundos a sus derivados (péptido y neuropéptido). Algunas hormonas verdaderas no se mencionan en este capítulo por haber sido ya estudiadas, como es el caso del glucagón, insulina, somatostatina o polipéptido pancreático. Por último, existen también componentes no peptídicos que regulan la función del tracto gastrointestinal como son la histamina, la serotonina y las prostaglandinas.





15. Mecanismo y Niveles de absorción (tubo digestivo).


A.      DIGESTIÓN Y ABSORCIÓN DE HIDRATOS DE CARBONO

Los hidratos de carbono más presentes en la dieta, son lo ALMIDONES, son estructuras complejas formadas por múltiples moléculas de glucosa. Los ingerimos en el pan, pasta y arroz. También tomamos hidratos de carbono simples, como son los disacáridos, como la sacarosa (azúcar de caña), la galactosa y la lactosa (azúcar de la leche)
comienzan a digerirse a nivel de la boca por acción de la amilasa salivar o ptialina, cuya función es hidrolizar las cadenas largas, reduciéndolas a dextrinas.

A continuación pasan al esófago y al estómago (el ácido clorhídrico no tiene importancia); en el duodeno actúa la amilasa pancreática y los acorta hasta producir el disacárido maltosa, sobre ésta actúa la maltasa producida en las células epiteliales (vellosidades intestinales) y ésta es transformada en dos moléculas de glucosa.

La lactosa y la maltosa, cuando llegan al duodeno, producirán lactasa y sacarasa (vellosidades intestinales)

La fructosa se absorbe mediante un mecanismo de difusión que no requiere energía. Se absorben a nivel de las vellosidades intestinales, se dirigen por el sistema porta por la sangre hacia el hígado, en el cual las moléculas de fructosa y galactosa quedan almacenadas como glucógeno. El glucógeno es formado por múltiples moléculas de glucosa, pero para que la glucosa entre en la mayor parte de las células hace falta la presencia de insulina.
La glucemia en ayunas está entre 0,8-1 gr/l (hipoglucemia),después de la ingesta de hidratos de carbono tendrá niveles superiores de glucosa en sangre, pero ésta será utilizada por las células o almacenadas pero para la utilización en las células es necesaria la presencia de insulina.

La insulina se considera la llave para que la glucosa entre en las células. Una persona diabética tendrá los niveles de glucosa en sangre, muy altos. (3-4 gr/l) y sus células tendrán falta de glucosa. El diabético tendrá una serie de signos:

·         Como no entra glucosa, sus células tendrán hambre, por lo que la persona sufrirá polifagia

·         ambién padecerá poliuria (orina mucho), debido a los niveles altos de glucosa en sangre
·         Tendrá polidipsia, niveles altos de sed

·         En general tendrá pérdida de peso

INSULINA: producida por las células beta del páncreas endocrino, es una hormona almacenada de energía. Su producción se estimula cuando aumenta la glucemia, ya que su efecto es la reducción de la glucemia y el almacenamiento de la glucosa en las células.



Cuando una persona está en ayunas tendrá hipoglucemia (bajan los niveles de glucosa en sangre) a continuación se estimulará la producción de GLUCAGÓN por parte de las células alfa del páncreas endocrino. El glucagón envía moléculas de glucosa a la sangre procedentes de los depósitos de glucosa de las células. El glucagón se puede considerar una hormona liberadora de energía.




B.      DIGESTIÓN Y ABSORCIÓN DE PROTEÍNAS

PROTEÍNAS: están constituidas por cadenas de aminoácidos. Al digerirlas llegan al estómago y allí actúan sobre ellas la pepsina y el HCl para su digestión. Se hidrolizan en cadenas más cortas (polipéptidos grandes o peptonas); a nivel del duodeno actúan sobre éllas, enzimas como la tripsina, quimiotripsina o carboxipolipeptidasas, las cuales van a transformar las peptonas en polipetonas pequeñas (de pocos aminoácidos) sobre los que actuarán las peptidasas, producidas por las células epiteliales de las vellosidades intestinales, transformándolas en aminoácidos.


Los aminoácidos son absorbidos por el organismo mediante un mecanismo de transporte activo. Se absorben por las vellosidades del intestino delgado, pasan a la sangre del sistema porta y se dirigen hacia el hígado. Una vez en el hígado, muchos aminoácidos quedan allí depositados un cierto tiempo, pero su destino final será su transporte hacia las células para la reconstrucción tisular (reparación de tejidos). En situaciones extremas, los aminoácidos pueden ser utilizados como fuente de energía. 



Fuentes de energía:

  • La primera fuente de energía del organismo son los hidratos de carbono almacenados en el organismo, pero ésta es una fuente que se agota muy rápidamente pero que tiene la ventaja de que se aporta rápidamente a la sangre.

  • La segunda fuente de energía son las grasas, depositadas en el panículo adiposo. Tiene la ventaja de que es muy duradero, pero la desventaja de que se aporta muy lentamente hacia la sangre

  • La tercera fuente de energía son las proteínas, aunque no están consideradas como tal. Si una persona ha utilizado sus proteínas, está produciendo una desnutrición ya que las autodigiere su propio organismo. 


C.      DIGESTIÓN Y ABSORCIÓN DE GRASAS

La materia grasa más frecuente en la dieta, son las grasas neutras. Éstas están compuestas por glicerol enlazado con tres ácidos grasos. Las grasas ingeridas en el duodeno son atacadas por las sales biliares. Éstas emulsionan, fragmentan las grasas para que actúen sobre éllas las enzimas lipolíticas. Si no hay secreción biliar, se absorbe menos de la mitad de la ingestión de grasas.

La lipasa pancreática desdobla las grasas en glicerol y ácidos grasos. El glicerol se absorbe hacia la vellosidad intestinal en el intestino delgado y el resto son transportadas por las sales biliares hacia la vellosidad intestinal. Allí se vuelve a sintetizar la molécula, formándose nuevos glóbulos grasos a los cuales se les incorpora una proteína hidrófila, que ha sido sintetizada por la vellosidad intestinal, formando las llamados quilomicrones

Los quilomicrones, circulan por los vasos linfáticos de las vellosidades, se dirigen hacia el conducto torácico, de aquí pasan a la sangre y finalmente se depositan en los adipocitos (células grasas del organismo); tiene como finalidad:

  • Aportar energía duradera al organismo
  • Sirven para la síntesis en el hígado de fosfolípidos, colesterol y determinadas hormonas con esta estructura. 



D.      ABSORCIÓN DE AGUA Y ELECTROLITOS

la ingesta de agua debería de ser de 1 a 2 litros al día, además en el aparato digestivo tenemos más o menos 7 litros de agua, procedentes de todas las secreciones del aparato digestivo.

  • Saliva: 1,5 litros/día
  • Estómago: 2 litros/días
  • Vesícula biliar: 1-1,5 litros/días
  • Páncreas: 1,5 litros días
  • Intestino: 1,5 litros/día

En el aparato digestivo se absorben casi su totalidad los 9 litros de agua. En las heces, en situaciones normales, se eliminan unos 200 ml/día, es resto es absorbido por la sangre. Se absorbe principalmente el agua en el intestino delgado, se absorben unos 7,5 litros y en el intestino grueso unos 1,3 litros, aproximadamente. Esto pasa a la sangre, pero la volemia tiene que regularse.

Pérdidas de líquido en el organismo:

  • 200 ml en las heces
  • 1,5 l en la orina
  • 100 ml por la transpiración (no sudor)
  • 200 ml por la respiración

En total se pierden unos 2 litros. Las pérdidas con diarrea en el organismo, condicionan las ingestas. Una persona con diarrea pierde líquido por lo que debe elevar la dosis de líquido diaria.

Hay personas que tienen disminuido el reflejo de la sed (ingestión de poco líquido) por tanto, perderán mucho líquido. Al orinar menos, son más propensos a padecer infecciones de orina. Al no llenarse del todo la vedija, no se produce bien el reflejo de la micción y la orina se queda almacenada, pudiendo provocar infecciones. 


Na y K: el sodio se absorbe mediante transporte activo, consiste en una serie de bombas ubicadas en las paredes del intestino. Se absorbe en el intestino delgado y el colon. También se absorbe mediante un mecanismo de difusión facilitado por una hormona de la corteza suprarrenal, la aldesterona y se absorbe en el yeyuno e íleon. El potasio se absorbe mediante mecanismo de difusión facilitado en el yeyuno, íleon y colon.

 
E.      ABSORCIÓN DE VITAMINAS Y MINERALES       

Las vitaminas pueden ser de dos tipos:

  • Vitaminas hidrosolubles: son la mayor parte y tienen un mecanismo de absorción mediante difusión pasiva (rápido)

  • Vitaminas liposolubles: son la vit F, vit A, vit D, vit E y vit K. Requieren para su absorción la presencia de bilis y de enzimas pancreáticas lipolíticas (al igual que las grasas); por tanto, si hay un déficit de absorción de grasas, también se ven afectadas las vitaminas liposoluble. 

La mayor parte se absorben en el duodeno y el yeyuno (parte alta intestino delgado), pero algunos se absorben en la parte final del intestino delgado, en el íleo como la vitamina B12, ésta vitamina se une al factor intrínseco, el cual será secretado por las células parietales del estómago y se absorberá en el íleon. Es importante para la maduración final de los eritrocitos.

Vitaminas y minerales:

  • El calcio ingerido se absorbe en la porción alta del intestino delgado, mediante un mecanismo de transporte activo, requiere la presencia de la vitamina D, también se absorbe mediante mecanismo de difusión pasivo (menor)

  • El hierro promedio de la ingesta diaria es de 20 mg, el hierro absorbido es igual al hierro perdido. Se absorbe un 6% de la ingesta correspondiente a la pérdida normal de hierro. Se absorbe mejor en estado ferroso, pero el hierro de la dieta está en estado ferroso, pero el hierro de la dieta está en estado férrico.


  • El ácido clorhídrico se absorbe a nivel del duodeno y el yeyuno mediante un proceso activo


16.  Funciones del Intestino Grueso 


Intestino Grueso es la parte final del intestino formada por una estructura tubular ubicada desde la válvula Ileocecal hasta el Recto.

Funciones:

En este órgano se produce la función de realizar la formación de materia fecal, es decir las sustancia que no digeridas y no absorbidas pasan del intestino delgado al intestino grueso a través de la Válvula Ileocecal.
El intestino grueso absorbe la mayor parte de los líquidos de los alimentos:

Absorber el agua restante de la comida no digerida.

Almacenar la materia que no sirve (residuos) y luego eliminarla del cuerpo. 

Absorbe vitaminas que son creadas por las bacterias que habitan en el colon.

Absorbe algunos productos formados por las bacterias que habitan esta región. Los polisacáridos no digeridos (fibra) son metabolizados a ácidos grasos por las bacterias y absorbidos mediante difusión pasiva. El bicarbonato que secreta el intestino grueso ayuda a neutralizar la mayor acidez  que resulta de la formación de estos ácidos grasos.





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